La magia del Cerro El Toro: un paraíso arqueológico que se redescubre en sus senderos
Entre las Sierras de Famatina, en La Rioja, se alza el Cerro El Toro, una formación montañosa que se llama así porque el perfil de la montaña recuerda la silueta de un toro en posición de embiste.
Su color morado oscuro y su imponencia llaman la atención de quienes llegan a Villa Castelli, pero lo que lo hace único va mucho más allá de su paisaje: aquí conviven los vestigios de una civilización milenaria y la biodiversidad de un entorno natural excepcional, resguardados bajo la figura de Reserva Natural Cultural Cerro El Toro.
Hoy, gracias a un plan de readecuación y revalorización de senderos tradicionales impulsado por la Municipalidad de General Lamadrid, este sitio vuelve a abrirse al mundo con una nueva fuerza. El municipio tomó la decisión e invirtió en la puesta en valor, y posteriormente Natura Argentina y la Subsecretaría de Patrimonio Cultural y Museos de la Provincia de La Rioja se sumaron para trabajar en la recuperación de los senderos. Esta iniciativa colectiva también contó con la participación de la comunidad local y especialistas en arqueología y conservación.

Por su invaluable legado cultural, fue declarado Monumento Histórico Provincial en 1985 bajo la Ley No 4565. Asimismo, debido a su destacada biodiversidad, también obtuvo la distinción de Monumento Natural Provincial. En 2008, la ordenanza municipal sancionada declara a toda esta área como Reserva Natural Cultural Cerro El Toro. Además, la Reserva se encuentra bajo dominio de la Ley Nacional N° 25.743 de Protección del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico, y la Ley Provincial N° 6.589 de Regulación y Control del Patrimonio Cultural Arqueológico, Arqueológico Urbano, Paleontológico, Antropológico e Histórico de la Provincia de La Rioja. /Foto: Enzo Ellero
Readecuar para preservar y descubrir
El proyecto comenzó con una necesidad: las lluvias intensas hacían que el suelo se perdiera en cada pendiente, poniendo en riesgo el tránsito y la conservación del lugar. El trabajo fue minucioso: se reacomodaron piedras, se reforzaron bordes y se aplicaron técnicas que respetan al máximo el paisaje.

Se encuentra a 6 km de la localidad de Villa Castelli, en el kilómetro 154 de la Ruta Nacional Nº 76, en la falda oriental de las Sierras de Famatina. A 34 km de Villa Unión y 35 km de Vinchina. La ruta está en excelentes condiciones y, al ingresar a la Reserva, el camino es de ripio y accesible con vehículo. /Foto: Enzo Ellero.
Andrés Baissero es técnico en Natura Argentina y explica parte de este proceso mientras señala elementos del paisaje: se dedicó tiempo a analizar qué se había hecho en este lugar, cómo lo aprovechan las personas de la zona y qué se podía mejorar desde una perspectiva de turismo sostenible. “Todo se trabajó en equipos multidisciplinarios. Se respetaron estudios arqueológicos previos, pero se le dio una vuelta narrativa nueva y colaborativa, que se construyó junto a Proyecto Ambiental, especialistas en el tema. También participaron todos los guías del lugar”, resume.
Rocío Cardona también es técnica en este proyecto de Natura Argentina. El equipo técnico no solo aportó conocimientos, sino que además participó activamente en las jornadas de trabajo, a las que se sumaron trabajadores del municipio, de la provincia y estudiantes voluntarios. Entusiasmadas, nos cuentan que trabajaron incluso bajo la lluvia y la nieve. El resultado son senderos de bajo impacto, que respetan el trazado original desde una mirada arqueológica, pero con correcciones para evitar la erosión de las lluvias, entre otros detalles.
“Trasladamos material de otras zonas y luego armamos los senderos. Ahora la intervención parece mínima, casi imperceptible”, explica Rocío señalando el caminito que sube la sierra.

El proceso se apoyó en estudios arqueológicos previos, que sirvieron de base para definir cada intervención. Además, se diseñaron dos circuitos interpretativos, cuyo guion se elaboró junto con la Escuela Ambiental y guías locales. / Foto: Natura Argentina.
Eso no significa que los senderos no requieran mantenimiento, ni que dejen de implicar un despliegue de recursos locales para asegurar una experiencia interesante para quienes los visitan. De hecho, el proceso también incluyó la formación de técnicos en readecuación de senderos, dejando capacidad instalada en la comunidad para sostener este trabajo en el tiempo. Damián, el guía que nos acompaña hoy, muestra el recorrido y concluye: “Trabajar juntos en este lugar ha sido algo hermoso, este sitio es único en el país y se puede visitar en nuestro departamento”.
La readecuación no solo mejoró la transitabilidad, también devolvió al sendero su carácter ancestral: un camino que une pasado y presente.

Damián, guía local: “Los visitantes encontrarán aquí la historia de la cultura Aguada, vestigios de sus casas, sus recintos, el arte rupestre que nos dejaron para entender su visión del mundo y la importancia de este lugar”. /Foto: Natura Argentina.
Un paisaje que guarda cultura y vida silvestre
El Cerro El Toro es mucho más que un escenario natural. Aquí, entre los años 770 y 1400 d.C., vivieron las poblaciones vinculadas a Argentino), por las poblaciones identificadas con el estilo cerámico “Aguada”, que ocuparon distintos territorios del Noroeste argentino. Su impronta todavía se reconoce en las viviendas de piedra, la arquitectura mimetizada con el cerro y los petroglifos de jaguares y figuras humanas.

El arte rupestre Aguada consistía en figuras y dibujos tallados en piedra mediante la técnica de picado y raspado. Dentro de los petroglifos con motivos antropomorfos (representaciones humanas y animales), se observan tres personajes que visten un unku (túnica andina hecha en tejido fino) con manchas de jaguar. Estas manifestaciones de arte rupestre formaban parte del sistema de rituales y creencias religiosas de los grupos o personas que allí habitaban, compartido por gran parte de las sociedades en la región Valliserrana. / Foto: Natura Argentina.
La Reserva también guarda una riqueza natural extraordinaria: desde el Cóndor Andino hasta el Lagarto Cola Piche de Famatina, un microendemismo exclusivo de la región.
Caminar por estos senderos es sumergirse en la vida cotidiana de quienes habitaron estas montañas: ver las viviendas que cobijaban familias, descubrir los grabados ancestrales que formaban parte de rituales, y apreciar la cordillera desde una perspectiva única. Damián nos dejó un momento aquí arriba, nos pidió detenernos y, en ese silencio compartido, pudimos comprender la belleza del sitio. Hay que venir hasta aquí, regalarse una pausa frente a la cordillera y experimentarlo.
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Visitá el Cerro El Toro
El Cerro El Toro es un Monumento Histórico y Natural Provincial, y se recorre con un guía local certificado. Las visitas guiadas pueden solicitarse en la oficina de turismo del Municipio de General Lamadrid.
Aquí, entre cerros que parecen animales mitológicos, petroglifos que cuentan historias y paisajes que se transforman con cada rayo de sol, el visitante descubre que la verdadera magia de este lugar no está solo en lo que se ve, sino también en lo que se preserva gracias al esfuerzo colectivo.
Esta Reserva Natural y Cultural dispone de un centro de visitantes equipado con servicios como baños accesibles, internet, agua caliente, información turística, y un mercado cultural que hoy da visibilidad a las artesanías locales con venta de productos y un espacio de esparcimiento.
¿Qué se puede hacer?
- Trekking y senderismo
- Yacimiento arqueológico
- Observación de flora
- Observación de fauna
- Vistas panorámicas
bierto todos los días de 09:00 a 20:00 horas. Tarifas: los valores de ingreso se pueden consultar a los teléfonos: 3804 865393 / 3825 573602 / 3804 864800. Es obligatorio el ingreso con guía de turismo a este sitio arqueológico patrimonial de acuerdo a la ordenanza municipal N° 178/21. Para reservar el servicio de guiado, consultar telefónicamente en la oficina de información turística.

Equipo Natura Argentina
Promovemos la creación de Áreas Protegidas para la conservación de los ecosistemas naturales, impulsando la participación de actores locales.