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Con la reciente aprobación de la Reserva Natural Municipal “El Manchao” en Saujil, Catamarca da un paso histórico en la construcción de uno de los mosaicos de areas protegidas municipales más grande de Argentina, sumando cuatro municipios y 181 mil hectáreas protegidas.

En las últimas semanas, la comunidad de Saujil vivió una jornada memorable al celebrar la aprobación de su Reserva Natural Municipal, bautizada como “El Manchao”, en honor al cerro principal de la región. Con una extensión de 39.574 hectáreas, esta reserva se suma al esfuerzo colectivo que está transformando a las Sierras de Ambato en un espacio de conservación pionero en el país.

Es la última acción de una serie de debates, propuestas y colaboraciones para proteger las Sierras de Ambato, un cordón serrano que resguarda una gran cantidad de ambientes, donde se puede encontrar entre el 50 y el 70% de la flora y la fauna conocida para toda la provincia. Se trata de la tercera sierra pampeana más alta del país, productora de cuencas hidrográficas muy importantes para Catamarca.

Este trabajo es un testimonio del compromiso compartido entre gobierno y comunidades locales para garantizar un futuro sostenible.

Más de 180 mil hectáreas bajo protección en las Sierras de Ambato

Con la incorporación de “El Manchao”, el mosaico de conservación en Catamarca alcanza un total de 181.000 hectáreas distribuidas en cuatro reservas municipales:

  • Pomán: 41.596 hectáreas
  • Saujil: 39.574 hectáreas
  • Huillapima: 48.822 hectáreas
  • Capayán: 51.706 hectáreas

Este logro no solo marca un hito para Catamarca, sino que también posiciona a la provincia como un ejemplo y una posibilidad de planificación y gestión ambiental integrada entre municipios en Argentina. Las áreas protegidas del mosaico se conectan para la conservación de ecosistemas únicos, especies en peligro y valiosos recursos hídricos.

Las Sierras de Ambato tienen una gran diversidad de ambientes. Allí, podemos encontrar bosques montanos yungueños, bosques serranos de transición, prepuna con diversidad de cactus, pastizales de altura y ambientes altoandinos, y zonas de palmares autóctonos.

 

 

 

Valores de conservación en las Sierras de Ambato

Las reservas municipales del mosaico no solo protegen la biodiversidad, sino que también resguardan paisajes únicos, sitios arqueológicos y recursos hídricos esenciales. Cada hectárea de estas áreas protegidas guarda un tesoro invaluable.

Biodiversidad única

La región alberga especies icónicas como la taruca (Hippocamelus antisensis), el cóndor andino (Vultur gryphus) y la monterita serrana (Poospiza baeri), todas con un rol crucial en los ecosistemas de altura.

Es una zona llena de biodiversidad. Viven aquí cuatro especies de aves amenazadas y en retroceso a nivel internacional: la monterita serrana (Compsospiza baeri), el cóndor andino (Vultur gryphus), el vencejo pardo (Cypseloides rothschildi) y el loro alisero (Amazona tucumana)

Patrimonio arqueológico y cultural

Las Sierras de Ambato son un reservorio de historia y cultura viva. En ellas se encuentran sitios arqueológicos que narran la historia de las comunidades originarias y su relación con la naturaleza.

Estos vestigios son un puente entre el pasado y el presente, destacando la riqueza cultural de la región.

 

Conservación de cuencas hídricas

Los ríos Pomán y Mutquín, que nacen en las sierras, son esenciales para la vida local. Proteger sus cuencas no solo garantiza el acceso al agua, sino que también previene su contaminación.

Pato de torrente. Esta ave, característica de ríos de montaña, encuentra en estas aguas un hábitat perfecto para prosperar.

 

Flora y ecosistemas de altura

Los pastizales altoandinos, los bosques de arrayanes y los arbustales de prepuna son refugio de una biodiversidad excepcional. Plantas como la Passiflora umbilicata y animales como la mara dependen de la protección de estos ecosistemas.

Granadilla (Passiflora umbilicata) en las cumbres de Pomán. Esta planta rara de ver es un símbolo de la riqueza floral del noroeste argentino.

 

Un futuro en armonía con la naturaleza

Los municipios de las Sierras de Ambato han dado así un ejemplo inspirador de cómo integrar conservación y desarrollo sostenible. A medida que más municipios se sumen al mosaico, el impacto positivo en la biodiversidad, el turismo responsable y la calidad de vida de las comunidades será aún mayor.

Desde Natura Argentina, continuaremos acompañando este proceso, trabajando junto a los gobiernos locales, instituciones educativas y comunidades para implementar planes de manejo efectivos y asegurar que este patrimonio natural y cultural sea un legado para las próximas generaciones.

¡Gracias a todos los que forman parte de este esfuerzo colectivo para proteger la naturaleza! 

En el corazón de las Sierras de Famatina, junto a Natura Argentina y los municipios de Chilecito y Gral. Lamadrid, realizamos un relevamiento de senderos en busca de respuestas: ¿es necesario abrir nuevos caminos para conocer la montaña?

Así, recorrimos 92 km a lo largo de 17 senderos tradicionales utilizados para recreación y deportes, valorando su rol en la conservación y conexión de las personas con la naturaleza. Estas rutas brindan acceso a paisajes únicos, sitios donde existe una gran diversidad biocultural, los senderos nos conducen a territorios esenciales para la educación ambiental y la sensibilización.

Para enriquecer la experiencia, invitamos a la educadora Cynthia Dabul y al guardaparque Joaquín Piedrabuena de Proyecto Ambiental Escuela, quienes coordinaron talleres participativos con más de 70 personas del ámbito turístico. Los participantes crearon narrativas interpretativas para los senderos, enfocadas en el agua, la fauna, las plantas medicinales y la historia local, que se plasmarán en cartelería interpretativa.

Además, los guardaparques nacionales Lucas Fonzo y Javier Lucotti lideraron talleres prácticos de diseño y mantenimiento de senderos, fortaleciendo capacidades locales para preservar estos caminos como herramientas de conservación.

Queremos en esta nota invitarte a desandar ese recorrido, para descubrir la magia y la potencia de los senderos de montaña, y cómo puede cambiar la vida de las personas, llevándolas a descubrir la naturaleza.

Espacios de descubrimiento: cómo los senderos pueden convertirse en un territorio de educación ambiental

Además de su función práctica, los senderos son espacios en los que las personas tienen la oportunidad de vincularse con la naturaleza, recorrerla y descubrirla. Así permiten a las personas, locales y turistas, aprender sobre la importancia de la conservación de los ecosistemas regionales, promoviendo actividades recreativas al aire libre. Los senderos tienen el potencial para convertirse en herramientas de educación ambiental y sensibilización sobre los lugares que invitan a recorrer. 

senderos montaña

Además de su función práctica, los senderos son espacios en los que las personas tienen la oportunidad de vincularse con la naturaleza.

Pero los senderos también son frágiles: es el suelo desnudo, una especie de cicatriz en la piel del paisaje, por eso es importante que sean sostenibles. Sin el diseño y mantenimiento adecuado, pueden convertirse en un problema para la conservación del suelo, la vegetación y el ecosistema natural.

En el corazón de las Sierras de Famatina, La Rioja, desde Natura Argentina junto a los municipios de Chilecito y Gral. Lamadrid, una experiencia nos enseña algunas ideas sobre la efectividad de las propuestas para revalorizar estos espacios y ponerlos  a disposición de la conservación. 

Para iniciar esta tarea nos preguntamos: ¿es necesario abrir nuevos senderos para conocer la montaña? 

Caminamos kilómetros de montaña para entender a los senderos, sus posibilidades y amenazas, desde sus huellas.

 

Esa inquietud nos movilizó para relevar 17 huellas, sendas y picadas a lo largo y ancho de las Sierras de Famatina, recorriendo más de 92 kilómetros desde junio a diciembre de 2023. Muchos de esos espacios son utilizados tradicionalmente para recreación, deportes, y otras actividades.

Los senderos ofrecen acceso a lugares únicos, patrimonio cultural y natural, vistas increíbles y experiencias inolvidables.

Los relevamientos nos permitieron tomar decisiones informadas para, junto a los municipios colaborar en el mantenimiento y readecuación de algunos de estos lugares, acompañando con herramientas de educación ambiental e interpretación del patrimonio.

Los senderos conducen a territorios llenos de imaginarios del pasado, presente y futuro de la montaña.

 

Un sendero, muchas historias…

Para iniciar esa tarea convocamos a la Lic. en Ciencias de la Educación Cynthia Dabul y al guardaparque Joaquín Piedrabuena, de Proyecto Ambiental Escuela; una escuela de educación ambiental y equipo de consultoría especializado en conectar a las personas con la naturaleza como estrategia de transformación social.

Junto a ellos, organizamos talleres presenciales en ambas localidades, donde participaron más de 70 personas vinculadas al turismo. El propósito fue compartir herramientas de interpretación del patrimonio, para que los participantes aprendieran técnicas que enriquecieran la experiencia de los visitantes, ayudándoles a crear una conexión significativa con el entorno.

Durante los talleres, Cynthia y Joaquín propusieron a los participantes crear sus propias narrativas para los senderos, reconociendo que un mismo camino puede transmitir múltiples mensajes según la mirada de cada persona. Así, cada grupo desarrolló cuatro propuestas de interpretación diferentes, resaltando temas como el agua, la fauna, las plantas medicinales y las historias de los antiguos pobladores.

A partir de estas narrativas colectivas, se diseñará la cartelería interpretativa que se colocará en los senderos, mostrando a los visitantes la visión y valores de las comunidades locales.

 

¿Por qué trabajamos en talleres participativos?

De la teoría a la práctica, ¡pasamos a la acción!. Trabajando en los senderos, se hace camino al andar.

Construir un sendero y mantenerlo es un oficio, y buscamos que cada actividad que emprendemos también sea una instancia de fortalecimiento de capacidades. Por eso convocamos a guías, estudiantes y personal del municipio para que puedan formarse en la práctica del diseño, construcción y mantenimiento de senderos. Esta actividad estuvo a cargo de los guardaparques nacionales Lucas Fonzo y Javier Lucotti, quienes compartieron su vasta experiencia en el manejo de senderos en áreas protegidas y senderos naturales. La senda trabajada fue la que conduce a la Estación 3 “El parrón” del Cable Carril, que inicia desde el puesto de Don Abraham. 

De esta forma el conocimiento teórico pasó a la práctica, para que las personas participantes puedan aplicarla en otros espacios. Ya que es fundamental que los senderos sean mantenidos con regularidad para asegurar que cumplan su rol en la conservación, y a su vez brinden la mejor experiencia posible a quienes los recorren.

La educación ambiental nos propone acercanos a los senderos desde el involucramiento, el respeto y el disfrute con la naturaleza.

Equipos de mantenimiento, guías turísticos y de montaña, estudiantes y personas interesadas en contribuir al cuidado y sostenibilidad de las Sierras de Famatina pudieron reflexionar sobre la importancia de cuidar estos espacios, no solo para el disfrute de los visitantes, sino también para la preservación de los ecosistemas locales. Sabiendo que cada persona que recorre los senderos es una oportunidad para sembrar la semilla del respeto y la conservación, asegurando que los pequeños tesoros escondidos en la senda perduren por generaciones.

 

En Natura Argentina, pensamos que la mejor forma de proteger el ambiente es a través del diálogo de saberes: una colaboración entre el conocimiento científico y el saber local. En esta nota, te invitamos a viajar con nosotros a los Bañados del Río Dulce, donde trabajamos junto a las comunidades para proteger este ecosistema único. 

 

La tarde caía mientras los últimos retoques al mural en la Escuela “Salomón López García” se daban entre risas y charlas. A nuestro alrededor, niños y niñas jugaban, corriendo entre las mesas donde se veían los restos de la merienda. Los pinceles, manchados de colores vivos, descansaban por momentos mientras compartíamos historias con los vecinos de la comunidad y visitantes de la región que se acercaron a compartir la actividad. La obra que habíamos comenzado juntos esa mañana ya era mucho más que un mural: representaba el alma del paisaje del humedal, su flora y fauna, pero también lo que podemos lograr cuando nos detenemos a apreciar el paisaje que nos rodea. Esa jornada fue el broche de oro a una experiencia que había empezado mucho antes, y que continuaría aún después de nuestra partida.

Volvamos un poco atrás. Desde el 2020, nuestro equipo ha estado viajando regularmente a los Bañados del Río Dulce, en jornadas de campamento que nos permiten explorar y recopilar información sobre la flora y fauna del lugar, trabajando en estrecha colaboración con las comunidades de Los Porongos, El Huaico y Limache. En agosto de 2024, emprendimos una nueva campaña de trabajo con dos grandes propósitos: llevar a cabo un censo de aves y realizar el mural comunitario en la escuela.

 

Un viaje al corazón del humedal

 

Cada viaje a esta vasta extensión de humedales nos recuerda la riqueza natural que alberga. Los Bañados del Río Dulce son un mosaico de vida. A medida que recorríamos los senderos, encontrábamos huellas frescas de carpinchos y el rastro furtivo de algún aguará guazú, el esquivo zorro grande de las pampas. Los cielos abiertos de la región esconden el aleteo imponente del ñandú, mientras las lagunas son el refugio para aves migratorias que vienen de latitudes lejanas, como los flamencos rosados que se posan en las aguas del humedal, creando un paisaje digno de postal. Este humedal no es solo hogar de una biodiversidad única, sino también de historias compartidas por los pobladores que, desde generaciones, conviven con este entorno.

Detectamos más de la mitad de las especies de aves de la provincia viven aquí. También contiene poblaciones de mamíferos amenazados, como el aguará guazú. En la zona hay muchos ambientes húmedos permanentes de difícil acceso que son resguardo de una gran cantidad de flora y fauna.

 

El registro de aves es uno de los pilares de nuestro trabajo en la región, ya que más del 50% de las aves registradas en Santiago del Estero habitan este lugar. Durante dos jornadas recorrimos las lagunas de Los Porongos y Soria, observando, registrando y tomando fotografías de cada especie que avistábamos. Para esta tarea, seguimos un método que combina telescopios, cámaras de fotos y app de celulares con los sonidos y llamadas de las aves, el uso de drones para sobrevolar las lagunas, y el conocimiento ancestral de los pobladores. Daniel, vecino de Los Porongos, nos acompañó en algunos recorridos, compartiendo historias y saberes sobre las aves que, con su experiencia, ha observado año tras año.

 

¿Qué entendemos por diálogo de saberes?

 

El diálogo de saberes forma parte de nuestros pilares de trabajo. Este enfoque reconoce que tanto el conocimiento científico como el conocimiento local son fundamentales para la conservación efectiva de los ecosistemas. En el caso de los Bañados del Río Dulce, los pobladores conocen los ritmos del río, las épocas en que aparecen ciertas especies y cómo varían los niveles de agua según las lluvias. Ese saber, que a veces no puede encontrarse en libros ni estudios, es invaluable para nosotros. A su vez, aportamos nuestra visión científica, basada en datos y herramientas tecnológicas, como las plataformas de registro de biodiversidad, para realizar análisis detallados y de largo plazo.

Los pobladores no sólo conocen y valoran la flora y fauna presente, identifican amenazas a aquellas especies que consideran importantes y demandan acciones en el territorio que mejoren su calidad de vida mostrando interés en actividades vinculadas a la conservación de la naturaleza y el uso sustentable.

 

Este enfoque colaborativo se manifestó también durante la creación del mural. Lo que comenzó como un proyecto para conmemorar el Día de las Infancias terminó siendo una gran jornada de intercambio, donde adultos e infancias participaron activamente. Nos encontrábamos pintando junto a ellos y ellas, pero también conversando sobre las especies locales, sobre los cambios en el paisaje, y sobre los desafíos que enfrentamos para preservar este lugar tan especial. El mural, que retrata la laguna y su biodiversidad, se convirtió en una oportunidad para que la comunidad visualizara su conexión con el entorno natural que los rodea y del que son parte.

 

Un mural colaborativo

 

Al caer la tarde, la laguna Soria nos ofreció un espectáculo que difícilmente olvidaremos. A lo lejos, el río Dulce serpenteaba hacia la laguna Mar Chiquita, fundiéndose con el paisaje. Desde el aire, con la ayuda del dron, pudimos apreciar cómo los brazos del río se extendían, creando un laberinto de agua que nutre todo el ecosistema. Este es uno de los mayores desafíos que enfrentamos: la conservación de un espacio dinámico, en constante transformación, pero que también es vulnerable a las actividades humanas y el cambio climático.

La zona de los Bañados del Río Dulce posee uno de los valores de conservación más importantes en la actualidad: la existencia de vastos humedales que retienen y almacenan agua dulce disponible para consumo humano, la producción y el sostenimiento de la vida silvestre.

 

La zona de los Bañados del Río Dulce posee uno de los valores de conservación más importantes en la actualidad: la existencia de vastos humedales que retienen y almacenan agua dulce disponible para consumo humano, la producción y el sostenimiento de la vida silvestre.

La construcción conjunta, en el respeto por los saberes locales y en la co-creación de estrategias que  permitan la convivencia de las actividades humanas con el equilibrio de la naturaleza, son la clave para cómo proteger estos territorios, amenazados por el cambio climático, la caza furtiva y la degradación.

 

Las historias que faltan

El último día, con el mural terminado y las carpas guardadas, nos despedimos de la comunidad de Los Porongos. Sabemos que nuestro trabajo aquí no termina. Cada vez que volvemos, el diálogo continúa. Nos llevamos datos valiosos sobre las especies que habitan estos bañados, pero también nos llevamos las historias de quienes desarrollan su vida diaria en este rico escenario. 

Gracias por acompañarnos en este recorrido y, sobre todo, gracias a la comunidad de Los Porongos por abrirnos sus puertas una vez más. ¡Hasta la próxima!

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En el marco del proyecto de conservación de ecosistemas naturales que promueve Natura Argentina junto a actores locales, se realizó un ciclo de conversatorios en el que se abordaron temas como el uso tradicional de plantas locales, la importancia del agua, la vulnerabilidad del sistema hídrico frente al cambio climático, la conservación de la fauna nativa, el turismo sostenible y las áreas protegidas. Los participantes resaltaron la necesidad de cooperación entre organizaciones, instituciones y la comunidad, para lograr una conservación efectiva.

 

El objetivo del ciclo fue construir estrategias de conservación que enriquezcan el patrimonio cultural y promuevan la participación ciudadana en la protección de las Sierras de Famatina y sus áreas circundantes. 

Conocer para cuidar, y encontrarse para fortalecer vínculos comunitarios e intercambiar saberes. Estos fueron algunos de los deseos y objetivos que impulsaron la realización de cuatro encuentros co-organizados por el equipo de Natura Argentina, junto a estudiantes y docentes de la Licenciatura en Producción Vegetal, Hidrogeología y Turismo Ecológico de la Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR) – Sede Regional Villa Unión (Departamento Coronel Felipe Varela); y del profesorado en geografía del Instituto Superior de Formación Docente (ISFD) “Profesor Víctor Mauricio Quintero” (Villa Castelli – Departamento General Lamadrid).

Experiencias de turismo sostenible, la importancia de la flora y fauna nativa, pero sobre todo el indiscutible valor del agua, guiaron este ciclo pensado como un espacio para conversar sobre los valores de conservación de las Sierras de Famatina. El conocimiento científico y los saberes tradicionales, se complementaron para aportar a la construcción de una mirada integral del territorio.

Fusión del Río Aguas Negras y el Río Oro. Las Sierras de Famatina son necesarias para la regulación y la disponibilidad del agua en cantidad y calidad en la región.

 

Un viaje a través de la flora en las Sierras de Famatina

Con aroma a jarilla, molle y algarrobo inició el primer encuentro, que convocó a Jorge “Chinano” Molina, Belén Bordón, Ricardo Zapata, Marisol Ortiz y Humberto Cerezo, quienes dieron el puntapié inicial en la charla sobre la flora de las Sierras y sus usos tradicionales. 

Chinano, artesano textil y educador de Villa Castelli, cuyos conocimientos provienen de una larga tradición familiar, explicó el uso de plantas locales en la tintura de hilados y resaltó la importancia del agua como fuente de vida para los dos valles: “Nos permite cultivar y esas plantas sirven para teñir (…) Uno tiene que tomar de la naturaleza lo que necesita para subsistir, no con codicia y avaricia, porque así uno destruye la tierra”. 

 

Con jarilla, tintitaco, molle, jume, algarrobo, cachiyuyo y atamisqui, Jorge tiñe las lanas de manera artesanal, preservando las enseñanzas de su madre.

 

 

Otra invitada, Belén (profesora de geografía) focalizó su intervención en el uso medicinal de la flora, a lo que se sumó Ricardo (ingeniero agrónomo) que hizo hincapié en la importancia de generar conocimiento sobre la diversidad de la flora de las Sierras y de sus propiedades para poder darle valor y aprender sobre sus posibles usos y los aportes que hace a la calidad de vida de las comunidades. Ricardo también resaltó la importancia de conservar los recursos, especialmente el agua, que es esencial para las personas, plantas y animales.  

Por su parte, Marisol, técnica de producción vegetal, presentó los resultados de su investigación sobre las  formas de germinación de las semillas de algarrobo, y llamó la atención sobre la necesidad de preservación de los bosques de la zona. 

Para finalizar, Don Cerezo, poblador de Villa Unión y dueño de “La Yuyería”, un local de venta de yuyos serranos, remarcó la importancia de recolectar las especies de forma responsable, teniendo en cuenta las zonas, la época y la forma en la que se lleva adelante la actividad, manteniendo vivo el conocimiento ancestral.

Vecinos y vecinas, estudiantes, docentes y autoridades de la UNLaR sede Villa Unión, que dieron inicio al ciclo de conversatorios.

 

El agua en la montaña: reflexiones desde la hidrogeología, la gestión hídrica y la práctica comunitaria

En una tarde primaveral de octubre, la sede de la UNLaR en Villa Unión fue el lugar de encuentro para continuar intercambiando saberes sobre conservación.

Esta vez, Esteban Miguel, Violeta Tejada y César Vega reflexionaron sobre el valor del agua en la montaña.  La Licenciada en Hidrogeología Violeta, se refirió a los bienes y servicios ecosistémicos asociados al sistema hídrico de las sierras, destacando su vulnerabilidad ante el contexto de cambio climático que afecta la vida de la flora y fauna de la región, produciendo el retroceso de glaciares, y pudiendo causar fenómenos climáticos más extremos. 

“Conservar la Sierra de Famatina es importante para las comunidades de los valles adyacentes, ya que actúa como una fábrica natural que almacena y regula el agua para la región. Los glaciares presentes en las alturas de la montaña desempeñan un proceso significativo al almacenar y distribuir gradualmente a través de ríos, vertientes, vegas y agua subterránea, abasteciendo así a las poblaciones locales para su consumo y bienestar general”, detalló la Licenciada Tejada.

Para entender esta idea se puede pensar que las Sierras funcionan como el tanque de agua de una casa, que se recarga a través de las precipitaciones, permitiendo la disponibilidad y distribución de agua.

 

 

A continuación, Esteban Miguel, doctor en Ciencias Exactas y técnico especializado en gestión hídrica, habló sobre el ciclo hidrológico, explicando cómo funciona a nivel global pero también a escala regional en las Sierras de Famatina. Para finalizar, el presidente del Consorcio de Agua del Departamento General Felipe Varela, Don Vega, explicó cómo nació el Consorcio. Se formó en 1998, impulsado por productores de la zona con la necesidad de establecer una distribución equitativa del agua para sus cultivos. Aportó datos sobre su utilización, que tiene como prioridad el consumo humano, la producción agrícola/ ganadera,  y se nutre en mayor parte del agua proveniente de las sierras.

Diálogo sobre la convivencia entre fauna nativa y comunidades en las Sierras: Desafíos y propuestas para la conservación

El tercer encuentro del ciclo convocó a Franco Barrera, María Laura Steffolani, Alejandro Agüero y Juan Martín Tello, para dialogar sobre la importancia de la fauna nativa y su convivencia con las comunidades. 

El guanaco es una especie protegida en La Rioja (Ley 7695/04), permitiendo su uso racional y prohibiendo de forma absoluta la caza.

 

 

 

 

El intercambio giró en torno a los desafíos para la conservación de las especies, y la importancia de las sierras en el desarrollo del turismo. También se compartieron propuestas para mitigar los efectos del cambio climático, siendo la cooperación articulada entre organizaciones, instituciones y comunidad la acción destacada.   

Partiendo de la premisa de que para conservar hay que conocer, la bióloga Laura Steffolani compartió información general sobre la fauna en las sierras, invitando al público a  diferenciar entre las especies nativas y endémicas; reflexionando sobre el rol que cumplen en los ecosistemas y cómo su presencia influye en la calidad de vida de las comunidades humanas que habitan esta región.  

Por su parte, el biólogo Alejandro Aguero se explayó sobre la importancia de los ecosistemas de montaña en la provisión de agua para las comunidades locales y la fauna, refiriéndose a dos especies en particular: la taruca y el guanaco. Para finalizar aportó una mirada amplia de la situación explicando que no se trata de conservar una especie, sino de entender que es un sistema que debe sobrevivir, en el que los seres humanos son un elemento más.

Alejandro Aguero es docente investigador dentro del campo de las ciencias biológicas, especializado en ecología y manejo de fauna silvestre con relación a cambio de usos de la tierra y desarrollo territorial.

Juan Martin Tello compartió sus vivencias como pastor de ganado, dando un lugar especial a la conexión que se crea con el entorno, la cual permite desarrollar saberes más profundos sobre las plantas medicinales, los animales y sus ciclos.  Remarcó que las personas son parte viva de las sierras y un factor clave en la conservación.

Martín Tello es técnico agropecuario, su labor en las Sierras se enfoca en la cría y el manejo de ovejas, tarea en la que aplica conocimientos adquiridos por su formación y usanza de vivir en la región, cuidando la fauna y flora local.

 

El turismo, una herramienta importante para la participación ciudadana en la conservación

Más de 200 personas participaron de este ciclo, aportando sus conocimientos y experiencias para contribuir a la conservación de las Sierras de Famatina.

Para finalizar este ciclo la temática elegida fue “Turismo sostenible y áreas protegidas”. Contó con la presencia de la bióloga Cristina Casavecchia, los licenciados en turismo Fabián Páez  y Santiago Croci. Las reflexiones giraron en torno a la participación ciudadana y la promoción de procesos de buena gobernanza en la creación de áreas protegidas; el rol de la gestión pública en las políticas turísticas, especialmente en lo relacionado a la actualización y cumplimiento del marco legal; y la importancia del turismo sostenible en la socialización de herramientas y acciones para crear conciencia y estimular la participación de la ciudadanía en la conservación de las Sierras y sus áreas de influencia. 

Quienes formamos parte del equipo de Natura Argentina, trabajamos para construir estrategias efectivas de conservación, que contribuyan al enriquecimiento del patrimonio cultural, desarrollen acciones de incidencia política dialogadas, consensuadas, colaborativas y con impacto a largo plazo. Es por eso que apostamos a estos espacios de intercambio de saberes, donde se comparte información amplia y diversa a toda la comunidad.  ¡Hasta el próximo encuentro!

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